15 septiembre 2005

Diga su nombre...

Ayer asistí a un debate sobre el tratamiento de ciertas noticias, todo a raíz del Huracán Katrina. Entre los invitados estaba Francisco Aravena, que viajó a New Orleans para reportear el reencuentro de la dentista chilena, Pamela Vásquez, con su marido. También estaban Raquel Correa, Carlos Pinto, Cony Stipicic, Felipe Berrios y el director de la revista Mensaje, Antonio Delfau.
Yo fui a escuchar una discusión sobre el periodismo y su forma de tratar estos temas. De hecho todo iba bien hasta que dieron espacio para las preguntas. En ese momento dos señores pidieron la palabra. El primero era un joven profesional que se adjudicó el titulo de descubridor de las comunas populares. “¿Alguno de ustedes ha ido a La Pintana?”, preguntó a la audiencia. No sé que mierda se creía ese señor, pensó que por estudiar en una universidad privada todos vivíamos de Plaza Italia hacia arriba. ¡Un idiota, absolutamente un idiota! Puede sonar tajante, pero quienes estuvieron ese día en el auditorio de la UAH pueden coincidir conmigo.
El otro tipo, ya era mayor, tenía un aire a Gonzalo Beltrán, solo le faltaba aumentar la pelada y crecer unos diez centímetros. Él reclamo contra los medios de comunicación, contra el señor Agustín Edwards “¿Acaso la vida de ese señor no es importante?”, inquirió a los panelistas. En ese instante, Delfau, saltó de su asiento para defender al señor Edwards, aduciendo que va a dormir una vez al mes una casa de rehabilitación de drogadictos.
Pero saben, después de escuchar por casi dos horas a los asistentes y panelistas, quedé con gusto a nada. Me creerán que todos hablaron de los pobres, pero ninguno de los oradores, ni siquiera el resentido social y descubridor de La Pintana, nombró a uno.
Andrea Vial, al final del encuentro señaló: “Una dirigenta (ella tampoco tenía nombre), solo pedía que la tratarán con dignidad”. Desde aquí les puedo decir que a no hay nada más gratificante para una persona pobre, que no tiene que comer, que con suerte termina el colegio, que la traten por su nombre.

No hay comentarios.: