14 septiembre 2009

PREPARANDO LA VUELTA.


Fueron unas vacaciones un tanto largas, pero ya preparó la vuelta.

No sé cuántos leerán el blog, pero necesito volver a escribir las idioteces que pienso y me pasan.

Saludos, nos vemos pronto.


JM

14 enero 2009

VACACIONES


Señoras y señores se viene una para de verano para el blog.

En marzo volveré con ustedes…

13 noviembre 2008

TRATANDO DE CUMPLIR LOS PLANES....

Definitivamente no me puedo explicar por qué razón, en las últimas semanas, he realizado más peticiones de matrimonio que brindis.
Me parece que algo no anda bien. Tengo bastante claro que no ando en busca de la mujer perfecta, menos del matrimonio de cuentos de hadas, pero conozco a alguien o conversó con amigas de años y la frase nace sola, sin pensarlo: “¿casémonos?”
Hasta el momento nadie me ha dicho: “Sí, acepto”. Y eso es algo que se agradece, por ende, puedo confiar en mis amigas y las demás me han salido con respuestas creativas por decirlo menos.
No tengo ganas de casarme, no quiero, sé que no es creíble viniendo que un hombre que ya perdió la cantidad de veces hizo la trágica pregunta, pero es verdad. De hecho, proyecto mi vida solterito (sin compromisos) hasta fácilmente unos 10 años más… OJO: ese es el plan inicialmente.
Ahora que lo pienso, a lo mejor, me estoy mintiendo y en realidad ando en busca de esa bendita mujer con quien poder cocinar en la nochecita, salir a tomar algo, etc., a lo mejor necesito despertar con alguien a mi lado y saber que seguirá a mi lado aún después de la ducha.
Este tiempo en el que he estado solo no ha sido mal tiempo, pero cuándo estuve acompañado tampoco, por ende no podría preferir uno por sobre el otro. Sin embargo, la mente es extraña y más cuándo las mezclas con alcohol y tabaco.
¿Y si alguien me dice que sí?… pero en serio, onda que me llama para cobrarme la palabra, me invita a conocer a sus viejos, anda en busca de presupuestos para la fiesta y esas cosas. No pretendo casarme con una pistola en el pecho y por más ebrio que me encuentre sé que si le pedí matrimonio fue por algo, algo me hizo para hacerle la pregunta, pero reitero nadie me ha respondido en serio.
También sé que al momento de publicar esto tendré que cuidarme a quién le hago la pregunta, porque no faltará quien me dirá: “Sí” solo para molestarme o aprovecharse, aunque lo último lo dudo ya que no hay mucho de que beneficiarse.
Podría ponerme a citar canciones “Yo no quiero un amor civilizado con recibos y escenas de sofá” como dice Sabina (aunque ha pasado por mi cabeza), prefiero buscar algo que hacer pronto, para dejar de pensar este tipo de cosas y cumplir con los planes que tengo presupuestado.

06 noviembre 2008

Albahaca recién regada…

Evocar, es el concepto que me está dando vueltas por la cabeza en estos días.

Durante las noches, antes de dormir, comienzo un viaje temporal que me deja en mi infancia y en detalles que marcan esa etapa de mi vida. Durante el día, un movimiento, un ruido, un aroma incita el mismo viaje. Entre el día y la noche la única diferencia es que mientras hay sol el recordar depende de sucesos externos, en cambio mientras la luna reina yo provocó e insisto en recordar.

Sé que no todos nos acordamos de la misma forma y me ha quedado más que claro cada vez que he conversado mis recuerdos ya que si no está eliminada esa escena de sus cabezas, la tienen archivada, pero bajo otro nombre o tags si hablamos en términos digitales.

El aroma de al albahaca, recién regada a media tarde a fines de años… ese es el recuerdo y olor que tengo pegado en la cabeza. Es una etapa muy feliz de mi vida, no sé si la mejor, pero está en el podio.

Hasta este instante, me había preocupado solo de recordar, pero recién nació la pregunta: ¿Cuál es la necesidad de recordar? ¿Por qué tienes ganas de recordar?

Respuestas deben haber muchas y de los más variados tipos. A primera vista, está claro que es uno de los momentos más felices de mi vida, a la vez no creo que esté en el peor momento de mi vida cómo para tener la necesidad de recordar esos momentos y evitar la maldita realidad que vivo.

Ahora bien, no soy tan masoquista como para recordar los peores momentos de mi corta existencia. Sé que los tengo y por montones, de hecho si quisiera ser pesimista éste sería uno de ellos, pero aún veo la luz en el horizonte y creo que la puedo alcanzar.

¿Habrá gente tan masoquista que le encante ensartar su propio dedo en la llaga rememorando sus más bajos episodios?

Sé y he conocido a sádicos que disfrutan de ver en el piso a otros trayéndoles escenas del pasado, pero de esos mejor ni hablar o por ahora no.

Por ahora me despido con dos tareas: primero reencontrarme con ese aroma a albahaca recién regada y toparme con un masoquista de primera que le encante el dolor de sus peores momentos.

JM

13 octubre 2008

Bla bla bla bla...

Tomando un vodka tónica en un bar del Gran Santiago se me cruzó una escena que hace tiempo no veía: un trío de machos tratando de seducir a la hembra del grupo.
La situación era chistosa por decirlo menos, todos peleaban por atraer la atención de la niña de pechos prominentes y sonrisa amplia. No había tregua para que la muchacha cayera en los brazos de uno de los tres machos alfa.
Mientras uno contaba un chiste, otro se ponía romántico y el tercero se hacía el interesante.
Tres vodka me duró la escena, ya que después desaparecí del lugar. No pudé ver cómo terminaba la guerra de seducción, pero un pequeño gran detalle: antes de salir la niña se paró al baño y yo salí tras ella, al mismo lugar. Ella iba sonriendo, mientras hablaba telefoneaba a su amiga para contarle que tres tipos la miraban y hacían idioteces para estar con ella.
Insisto, por más que uno hablé e inventé las mejores historias de la vida, siempre ellas tendrán el poder de decidir si creen o no el cuento.


05 octubre 2008

20 AÑOS DEL NO

Fue mi acercamiento a la política. Aunque no lo crean aprendí a votar a los seis años. La campaña de información de la Concertación de Partidos por la Democracia me enseño como emitir mi voto.
Recién aprendía a leer, así que estaba como un loco leyendo todo lo que llegaba a mis manos así agregue nuevas palabras a mi diccionario personal, aprendí nuevas cosas y entendí el valor de tener la libertad para decir las cosas.
Algo que nunca, pero nunca se me olvidara.




01 octubre 2008

VOLVER, VOLVER, VOLVER

Estoy de vuelta, pero no sé por cuánto tiempo. Después de todo, el gran paso es volver.

¿Por qué regresé? Es una pregunta que no pretendo responder por ahora. Lo único que sé es que hoy tengo la necesidad de escribir, de dejar una huella, un rastro aunque sea mínimo de mi estado de ánimo.

Nostalgia es la palabra que explica mi estado de ánimo. Según la Real Academia de la Lengua, en su segunda acepción, Nostalgia es: “Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”.

He perdido algo, pero no sé qué es. Hay días y momentos que creo tener todo y al momento siguiente se va todo eso. El cambio es demasiado brusco, paso de carencia a excesos de un momento a otro.

Por ejemplo, ayer viajaba a la oficina y antes de subir al bus todo iba bien, leía mientras escuchaba música pensando en las grandes batallas que lidiaría durante mi jornada laboral, pero algo me cambió el día. No recuerdo si vi, escuché, sentí algo, pero cambié. La nostalgia se apoderó de mí. Me sentí desequilibrado, tan desprovisto de algo que hasta mi físico se resintió y, desde ayer, ando con un resfrío muy molesto.

No pretendo andar buscando lo perdido, ni hurgar en los rincones de mi vida para desenterrar cosas olvidadas.

Por ahora solo me preocupare de escribir, vivir y acostumbrarme a mis lunáticos momentos de carencia.

JM

12 agosto 2008

COSAS QUE PASAN

"Siempre después de las derrotas te acercabas como un lago dormido"

En las últimas semanas me han pasado muchas cosas, demasiadas para un mortal común y corriente. Han ocurrido tantos hechos que, poco a poco, se han ido minando mis ganas de escribir y me he desviado a otros placeres igual de adictivos que las letras.
Eso ha provocado que me sienta fuera del mundo. Sentirme ajeno a casi todos los círculos que me rodean. No encuentro la ligazón fuerte con casi nadie ni nada. Quizás sea resultado de lo que ha pasado, pero creo que viene de más atrás, como si fuera la suma de todo los años de cagadas, embarradas o como quieran llamarle.
¿Soluciones? Debe haber, ahora no sé si las vea. En este estado ando como idiota, sin sentido básico de navegación, ya me han dicho que mi genio no es de los mejores aunque en realidad no sé si alguna vez fui amable, pero en fin.
Por lo pronto, me he dignado a escribir en el blog después de un par de meses. Que vaya a ocurrir después ni idea, pero estoy pensando seriamente en cerrar definitivamente este espacio.
- ¿La razón? - No le encuentro sentido alguno a mantenerlo abierto.

JM

11 junio 2008

DESAPARECER....

Si hay algo que me encanta hacer cada cierto tiempo es desaparecer. De un momento a otro no estar para nadie, sin importar la ascendencia familiar, de amistad o amorosa.
Hace tiempo no lo hago, hay muchas razones por las cuales no he podido esfumarme. Las responsabilidades me han coartado este afán cíclico.
Cuando me arranco lo hago con la idea de no ver a nadie, sino más bien para respirar profundo, contar hasta mil al revés, en números primos y continuar con la dura tarea de vivir.
Muy pocas personas lo entienden ya que las relaciones humanas parten con un contrato tácito de confianza que hace lecturas de algunos comportamientos como si desapareces es que tienes problemas, por ende tienes que contar con aquellas personas. Pero como soy un individuo especial, esa lectura no va conmigo, ya que si tengo problema la gente lo sabrá, pero si quiero estar solo lo haré.
Arrancar, es una palabra bastante cobarde, desaparecer corre con el mismo adjetivo, pero me da lo mismo ya que siempre vuelvo, solo busco respirar profundo para juntar fuerzas.
Este afán de arrancar genera una paradoja en mí. Por una parte, si hay una cosa que odio es hacer maletas y salir. Viajar no me molesta, sino la sensación de que toda tu vida está en esa maleta que vaya uno a saber donde ira a parar. Pero si quiero evaporarme tengo que salir de la ciudad y hacer un bolso pequeño, pero mochila al fin y al cabo. Ya que quedarse en Santiago para desaparecer y tener la suerte de no encontrarse con nadie conocido es difícil, ese si es un sueño.
Es por ese contrasentido en mis ganas de desaparecer que, quizás inconcientemente, he desaparecido por parte. Es decir, no veo a los de acá, pero me encuentro con los de este lado. Así me relajó por una parte, pero me estreso por este otro. Es como un equilibrio perfecto, ya que me permite funcionar de forma relativamente adecuada en mí día a día sin la necesidad de esfumarme del todo.
La pregunta del millón es: ¿Cómo terminara todo esto? Espero responder prontamente.
JM

27 mayo 2008

“Algunas me duelen y otras no”
(Andrés Calamaro)


Mujeres. Es un tema más que recurrente en mi vida, esencial creo que es la palabra exacta. Quizás, por eso no entraré en las clásicas frases del tipo “Por algo todos provenimos del vientre de una”. Lo mío es más bien obsesivo, pero en el buen sentido de la palabra. Es decir, no me las puedo sacar de la cabeza, ni piensen que las ando siguiendo todo el día y todo lo demás.
Por más que trate siempre caigo en lo mismo: mujeres. Un ejemplo claro es este post.
Hace meses que ando con una libretita siempre en mi bolsillo capturando y robando frases en reuniones con amigos, fiestas, etc. y hoy revisando me di cuenta que gran parte de las oraciones que ahí hay son referente a ellas. Lo increíble es que las dicen otras personas, lo que quiere decir dos cosas: que ellos también son obsesivos o que yo soy el único al que le llaman la atención esas frases.
No he tenido malas experiencias con el mundo femenino. Aunque, como en todo orden de cosas, hay algunas que prefiero más bien lejos y ojalá atadas de manos, pies, caderas y amordazadas. Por otro lado, también están las que añoran tenerme atado, amordazado y, si es posible, con una bala en la cabeza o en otra parte mucho más dolorosa…no las culpo.
Muy pocos saben lo que disfruto conversar con mujeres, saber cómo piensan, qué piensan, cómo llegan a ese razonamiento. No busco entenderlas, porque después de todo eso si es imposible. Conocerlas un poco más, creo que puede ser la frase adecuada. Lo irónico es que casi siempre no entiendo nada, muchas veces las contradigo y discutimos, pero el hecho de poder entablar una conversación me alivia gran parte esta obsesión. Podría pasar gran parte de mi vida conversando con ellas, dos vidas mejor dicho.
Hace unas semanas conversando con un amigo y rodeado de unas cuántas cervezas, más bien muchas botellas, éste me lanzó una frase con aires de sentencia judicial, celestial e infernal: “Tú las tienes tan metidas en tu cabeza que serás el viejo soltero del grupo”. Al principio casi lo maté, después de todo lanzó la famosa frase sin mediar previo aviso, pero al explicarla me dio sentido. Mi idiota amigo del alma se refería a que tantas ganas de conversar, de saber de ellas terminaría en miles de lazos con mujeres, relaciones que no pretendería romper por temor a perderme de algo y que eso provocaría terminar atado, amordazado y con una bala en la cabeza o en otra parte hasta que alguien más se apiade de mí y me desate, pero que tarde o temprano volvería con la soga para dejarme en el mismo lugar.
La explicación me pareció coherente, ahora si ocurrirá así no sé. Lo único que sé es que cada vez que escribo en el blog veo el diván del psicoanalista más cerca.
JM