A fin de cuentas hacemos lo mismo....

Acabo de ver por x vez El Gran Pez o Big Fish para los siúticos. Tengo un afán por esa cinta sencillamente porque es parecida con lo que ha sido mi vida, no puedo ser tan fallado de la cabeza y decir que Burton hizo la película pensando en mí, pero pareciera que sip.
Un padre poseedor de una gran labia, capaz de embobar hasta los más incrédulos con sus aventuras y que nunca estuvo hasta que su primogénito creció. Un hijo periodista que nunca creyó en esas historias, pero que en el fondo quiere creer y sabe que posee la misma cualidad de su padre. Casi iguales, solo por unas pequeñas diferencias.
De mi padre tengo pocos recuerdos, los que provienen de dos partes principalmente. Por una parte las historias que cuentan en cada terreno, quinta de recreo, bar, cama, cancha donde estuvo el hombre dando sus cátedras de buena vida y costumbres. Mi viejo se las sabía por libro y eso no hay quien lo refute y pobre de quien lo haga porque las penas de Dionisio caerán sobre ese infeliz.
La otra fuente de recuerdos proviene de los directos consejos que me daba cada vez que llegaba de una sus reuniones de madrugada o cada vez que salíamos y se encontraba con una de esas mujeres que lo perseguían por el mundo (gratificante experiencia debo decir).
A pesar de que don Luis se haya ido hace casi veinte años, igual dejó su marca en lo que soy y eso lo agradezco después de todo disfruto siendo hijo del basquebolista tocopillano y más aún, feliz me siento cada vez que relato una de sus tantas historias, al igual que los protagonistas de la cinta.
Por ahora solo queda levantar la copa y ofrecerla en honor de uno de los más grandes contadores de historia de este país. ¡Salud!