24 julio 2006

NO LOS QUIERO VER MÁS... SUPERMERCADOS Y MALL A LA MIERDA

Me cargan los supermercados. No me gusta ir a esa mole impersonal a comprar la mercadería del mes. No tengo la paciencia necesaria para estar en esos locales por más de media hora. Añoro los almacenes de la esquina, esos que te atendían por tu nombre y sin la necesidad de aprenderse un parlamento de memoria.
Esas tienditas en las que entremedio de los clientes estaba la mascota del dueño y que merecía casi más respeto que el locatario. Que en sus paredes tienen los ya clásicos afiches de confites o la modelo cervecera. A los que ibas a comprar golosinas que solo encontrabas ahí y al mejor precio y en los que las cuentas se sacaban en el diario del día anterior, el mismo con el que te envolvían el omo chico.
El almacén de la esquina podía ser más caro, pero la atención siempre fue de lujo, porque te conocían. Además no tenías que donar parte de tu vuelto para una fundación x. Todo lo contrario, podías quedarle debiendo porque no te alcanzó la plata o cuando gastabas en golosinas te daba una yapa sin la necesidad de ser socio o tener la tarjeta del local.
Estas construcciones modernas no las soporto, pero ya llegaron y se quedaran. Ahora es una verdadera hazaña encontrar un almacén a la antigua o ingresar a un supermercado y salir en menos de media hora.
Me pone de mal genio ir al supermercado, para que decir los Mall, esos definitivamente me colapsan. Pero a diferencia del supermercado, de los centros comerciales me colapsan los clientes de estos. Aún no entiendo cuál es la gracia de recorrer los pasillos y no comprar nada o lo que es peor comprar sin tener el efectivo necesario.
Hay personas que disfrutan estando en estos espacios, de hecho conozco a algunas que todos los fines de semana pasan a darse una vuelta por ese centro del consumo.
Ahora lo que es peor, es que el supermercado y el mall se están apropiando de todos los locales adyacentes, es decir, al interior de estas moles encuentras desde la farmacia, artículos ferreteros, y los más impensados productos, por lo que – te guste o no – tienes que ir si o si a una de estas huevadas y pasearse por más de media hora sin la posibilidad de arrancar de ahí.

2 comentarios:

:::La extraña de pelo...¿como era?::: dijo...

reconozco que antes me encantaba ir al supermercado...
no se porque...
pero cuando se fue haciendo rutina...
lo de pasearse pasillo por pasillo...
aunque no hubiera nada interesante...
me supero...
ademas que siempre esta lleno...
y ya no puedo correr por lo pasillos sin que me miren feo...
o colgarme del carro (ojo esto de ahora de grande) para que mi hermano me llevara...
y que decir del mall...
me lo conozco de memoria...
ya me da lata solo verlo de lejos...
pero como evitarlo si muchas veces voy a chatarrear alla...
o paso a buscar un libro...
pero tan antisocial sere...
que hasta al negocio que esta al lado de mi casa me cargaba ir...
ahora definitivamente ya no se compra ahi...
estan y estoy tan capitalistas que no puedo vivir sin comprar hasta el pan en el supermercado...
es un horror pero asi es...

bexos...
xau!

*´¨)
¸.•´¸.•*´¨)¸.•*¨)
(¸.•´ (¸.•` ¤... Fi®3_ŦiG3®...¤
*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*♥*♪*

Poly dijo...

Bueno,debo confesar que amo al mall mas que nada en el mundo jajajaja.. es lo mejor que existe en el mundo cuando estas deprimida. Soy compradora compulsiva lo admito. y en el supermercado igual, me compro toda la seccion de cosas ricas,galletas, dulces,jugo, pasteles de panqueque de naranja. Amo comprar! al mall al super donde sea!, estoy enferma lo admito, lo peor es que ahora no puedo salir ni a la esquina ya que mi padre esta cesante y apenas tenemos para el almuerzo XD, en fin esa es mi triste historia... jajaja...


besos tio

lo quierooo

au revoir!


la sobrina!