Doloroso 18....

Todo pintaba bien, tendría cinco días para entregarme a los placeres de la bebida y la comida. 120 horas para llenar mis entrañas de alcohol – de todos los tipos y grados – y colesterol. El recorrido estaba trazado.
Un par de cervecitas por aquí, un pipeño regalón acompañado de poquito de cerdo, vacuno y las infaltables empanaditas de horno…pero como buen chileno fallo algo, mejor dicho falle yo.
Uno de mis molares no soporto la presión termino cediendo.
Cuento corto. Una infección provocó que tuviese que sacarme de urgencia la muela, de paso me gané – el merecido – reto de mis amistades, pero lo que es peor me quede sin beber y sin comer (la cantidad que debía) por culpa de los antibióticos y el dolor.
Debo reconocer que seguí el tratamiento única y exclusivamente por el dolor sufrido el jueves.
Pero si hay que me duele es que tendré que esperar al menos dos años para poder festejar el aniversario patrio cuatro días seguidos, siempre y cuando mi trabajo – si es que tengo – me lo permita.
Antes de cerrar uno de mis más dolorosos post hay un par de cosas que descubrí. En este patriótico fin de semana.
1-. Que no soy tan malo para jugar Play Station, así que prontamente haré los esfuerzos para adquirir uno.
2-. La caña con bebida de fantasía es la peor que he sufrido a lo largo de mi vida.
3-. La Parada Militar tiene menos gracia cuando la ves sano y bueno.
4-. Mi hígado fue uno de los pocos que agradeció mi repentina enfermedad, tuvo un merecido descanso.
5-. Es mejor despertar con un dolor de cabeza, que amanecer escuchando la llegada de tus amigos y hermanos de madrugada festejando.
6-. Definitivamente el pan de molde no satisface mi hambre voraz.
7-. El hambre puede más que el dolor, se los aseguro.

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